Siete millones de minas antipersonas separan a los saharauis

Centenares de personas junto con asociaciones de víctimas se concentraron frente al muro minado levantado por Marruecos para dividir el Sáhara Occidental


10/04/2012 11:16

Zain Alal, soldado retirado del Polisario al lado de la señalización de una posible mina.


Una fortificación de más de 2.000 kilómetros rodeada de minas antipersonas y custodiada por 180.000 soldados divide de norte a sur el desierto del Sáhara. A un lado quedan los territorios ocupados por Marruecos en 1975 y, al otro, los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Frente al muro levantado por el reino alauita se manifiestan, desde hace cinco años, asociaciones, particulares, familias españolas con menores saharauis en acogida y el Frente Polisario, representante político del pueblo saharaui.

Este año, coincidiendo con la jornada mundial contra las minas antipersona, la Asociación Saharaui de Víctimas de Minas (ASAVIM) aprovechó la cita para denunciar la vigencia de las municiones que utiliza Marruecos a lo largo de la línea divisoria trazada en 1980, en plena guerra entre el reino de Hasán II y el Frente Polisario tras abandonar España el territorio. A escasos 400 metros del territorio minado, un grupo de hombres mutilados descubrieron, el pasado viernes, sus piernas ortopédicas que sustituyen a las que perdieron por culpa de una munición prohibida por el Tratado de Ottawa, en vigor desde el 1 de marzo de 1999. "Venimos a manifestarnos para que las organizaciones internacionales presionen a Marruecos para que ratifique el tratado y deje de ser una máquina de sembrar minas", aclara Ahmed Sidali, presidente de la ASAVIM y víctima de la explosión de un artefacto por el que pasó el coche en el que viajaba, el 16 de enero de 1979. Aquel día, a consecuencia del estallido, perdió un brazo y las dos piernas y murió un ocupante del vehículo.

"Estimamos que hay cerca de siete millones, pero la cifra real puede alcanzar los diez millones, lo que convierte esta zona es una de las más contaminadas del mundo", explica Sidali, apostado a escasos dos metros de un círculo de piedras que señaliza un punto que podría albergar una mina antipersona. "Esta zona está plagada", advierte.

Sobre el origen de estas municiones, el ministro saharaui de Cooperación, Hach Ahmed, asegura que no todas son de la etapa bélica, entre 1975 y 1991. "Tenemos constancia de la existencia de minas antipersonas muy modernas, lo que nos lleva a considerar que Marruecos sigue sembrando estos artefactos". Interrogado sobre la adquisición de estas minas, Ahmed se limita a sugerir que el reino de Mohamed VI "tiene convenios militares con países como Estados Unidos, Francia y España".

La manifestación de rechazo al muro, denominado por los saharauis como "de la vergüenza", supone, a juicio del ministro de Cooperación "un acto masivo, con presencia de cerca de 1.000 personas, para denunciar la afrenta a la dignidad humana que significa la existencia de un muro de estas características en pleno siglo XXI". El político saharaui también apunta a la responsabilidad española sobre el territorio: "España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara por lo que el Gobierno español podría considerar este muro como una fortificación levantada en una provincia española más". Ahmed se refiere de este modo a la resolución S/2002/161 de Naciones Unidas que niega la transferencia de soberanía del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania a través de los acuerdos tripartitos firmados en Madrid en 1975.

Desminado de terrenos "liberados"

Con todo, son las propias asociaciones las que destinan esfuerzos a las labores de desminado de las zonas próximas al muro en colaboración con el gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el Frente Polisario. Hasta la fecha, la organización británica Action on Armed Violence ha rastreado más de 21 millones de metros cuadrados y neutralizado cerca de 22.000 explosivos en las zonas bajo dominio del Polisario.

El director del programa que esta organización tiene en el Sáhara Occidental, Ahmed Sidi Ali, indicó en una reciente charla celebrada en el campamento de refugiados '27 de Febrero' que los nuevos mecanismos para el barrido de minas les han llevado a una limpieza del 70% de los artefactos ubicados al norte de la zona conocida por los saharauis como "territorios liberados" y por Marruecos como "zona defensiva" [terreno bajo protección del Frente Polisario]. "Toda la parte sur de la zona liberada está limpia de minas; el problema está en la franja que queda a cinco kilómetros del muro, ya que es una zona neutral, con el paso prohibido a militares, y Marruecos no nos permite pasar a desminarla a pesar de que los civiles sí transitan por ahí y siguen siendo víctimas de las minas", explica Sidi Ali.

A finales de mayo está previsto que la organización británica de a conocer el número de víctimas que han provocado las minas alrededor de la muralla marroquí.

Las historias que aglutina el muro

Frente a la fortificación minada se dan cita cada año desde hace un lustro los relatos de la ocupación marroquí sobre el Sáhara Occidental. Al encuentro de este año acudió el encargado de protocolo en el campamento de Smara Mohamed Mustafa Sorku, quien secundó la protesta "para exigir el fin de un muro que divide el Sáhara y pretende eliminar la identidad cultural saharaui". "España debe reconocer y trabajar por los principios de nuestro pueblo ya que fue la primera potencia colonizadora del territorio". Sorku formó parte de las incipientes operaciones militares del recién creado Frente Polisario en 1974. En una de estas acciones que les enfrentaban a la policía franquista del Sáhara Occidental perdió un ojo. "Se trataba de una pequeña operación para reivindicar la independencia y terminó con dos saharauis heridos y otros tres muertos", recuerda.

Zain Alal, soldado retirado del Polisario, aún recuerda a Don Rafael, el director de la escuela La Paz a la que acudía de niño en El Aaiún español. De regreso tras la protesta ante el muro, Alal, de 40 años, rememora su participación en los últimos años de la contienda. "Estaba en un grupo donde nos dedicábamos a robar material a las tropas de Marruecos", explica. Su padre, que prestó servicio como policía saharaui en la etapa española, murió en la guerra el 12 de febrero de 1980. Ahora Alal colabora en las labores de localización de minas antipersonas alrededor del muro.

Las palabras de ánimo las ponen los españoles que estos días acuden a los campamentos y que también participan en la protesta frente al muro. El gobierno de la RASD estima que este año, cerca de 400 extranjeros se han sumado al acto de protesta. Luis Cruz, miembro de una asociación de Huelva, denunció el abandono de los diferentes gobiernos españoles en la cuestión del Sáhara: "Tenemos una deuda moral e histórica con este pueblo y es vergonzoso que una de las primeras cosas que haya hecho Rajoy nada más llegar a la presidencia sea reunirse con el rey de Marruecos".


Fonte: www.publico.es

Ativista de direitos humanos é condenada a prisão na China

PEQUIM - A advogada e ativista de direitos humanos chinesa Ni Yulan foi condenada nesta terça-feira a dois anos e oito meses de prisão por causar distúrbios e por fraude, em um novo golpe do governo chinês contra os direitos civis. Seu marido, Dong Jiqin, também foi condenado a dois anos de prisão por causar distúrbios.

Ni, que está em uma cadeira de rodas desde que foi espancada pela polícia em 2002, e Dong foram detidos em abril de 2011, durante uma campanha das autoridades contra dissidentes por temor de que a ebulição da Primavera Árabe chegasse à China. O casal é especialmente ativo na defesa de pessoas desalojadas pela especulação imobiliária, um fenômeno frequente no país, onde centenas de milhares de pessoas sofrem com retiradas violentas e demolições forçadas em nome do desenvolvimento - Ni e Dong passaram eles mesmos por essa situação. Os dois prestam assessoria gratuita a outras vítimas de desapropriações e corrupção.

Uma filha do casal revelou que em dezembro surgiram as acusações de distúrbios contra seus pais por uma suposta agressão a funcionários do hotel onde eles foram obrigados a se hospedar por dez meses. Procuradores alegam que os ativistas estão no hotel deliberadamente. Ni já chamou a situação de "prisão negra", como são conhecidos os locais de detenções informais, como hotéis ou casas do governo usados para prender dissidentes sem apelar para procedimentos legais.

Um porta-voz do tribunal de um subúrbio de Pequim que ordenou as prisões afirmou que o casal não pagou 69.972 iuanes (cerca de R$ 20.250) relativos às despesas no hotel, parou de registrar os visitantes, destruiu o livro de registros do estabelecimento e agrediu funcionários.

- Eles se recusaram a mudar de quarto ou a fazer o check out, então o funcionamento normal do hotel foi seriamente perturbado e grandes perdas econômicas foram causadas - afirmou o porta-voz, que se recusou a revelar sua identidade. Ele também afirmou que Ni pagou cinco mil iuanes para que "fabricassem sua identidade de advogada".

Ni recebeu ainda uma multa de mil iuanes, mas seus advogados insistem que ela não violou nenhuma lei.

- O veredito foi injusto e ilegal - afirmou Cheng Hai, advogado da ativista. Cheng disse que Ni vai apelar da decisão em até dez dias.

A filha de Ni Yulan afirma que sua mãe não teve acesso a acompanhamento médico durante o tempo em que ficou detida.

Ni Yulan, de 51 anos, já foi presa em 2002 e em 2008, durante um e dois anos, respectivamente, por "obstruir o trabalho das autoridades" e "causar danos à propriedade pública". A advogada foi premiada em dezembro de 2011 com o Prêmio Tulipán de direitos humanos do governo da Holanda.

- Estamos particularmente preocupados com a saúde da senhora Ni e pedimos sua libertação imediata - afirmou Raphael Droszewski, da missão da União Europeia em Pequim. Segundo ele, a UE está "preocupada com a deterioração da situação dos defensores dos direitos humanos na China".

Fonte: Agência Globo

OLHOS AZUIS - Jane Elliott

OS AMIGOS DO REI

Com interesses econômicos e políticos, potências ocidentais ajudam a travar a independência saaraui

12/05/2011

Igor Ojeda e Tatiana Merlino

de Rabouni (Saara Ocidental)

e Madri (Espanha)


Até a Organização das Nações Unidas reconhece: o Saara Ocidental, ocupado pelo Marrocos há 35 anos, é a última colônia da África. Oficialmente, o país é considerado, pelo Comitê de Descolonização do organismo, um “território não autônomo” ainda por descolonizar.

No entanto, a atuação da ONU no conflito é duramente criticada pelos saarauis, que a acusam de indiretamente apoiar a monarquia marroquina.

Em 1975, no mesmo ano em que o exército do Marrocos invadiu o Saara Ocidental, o Tribunal Internacional de Justiça de Haia já havia negado a soberania do reino norte-africano sobre o território invadido. Mesmo assim, o suporte das potências ocidentais ao rei marroquino Mohamed VI e a omissão das Nações Unidas permanecem até hoje.

A guerra entre o Marrocos e a Frente Polisario – movimento independentista saaraui –, iniciada em 1975, durou até 1991, período em que vigorava a Guerra Fria. “Na ocasião, o Marrocos era um país satélite do Ocidente. Ali estavam as bases militares francesas e estadunidenses. Por outro lado, a Argélia, apoiadora da Frente Polisario, era vista como pró-soviética”, analisa Bucharaya Beyun, delegado saaraui para a Espanha.



Pesca

Com a queda do bloco soviético e o cessar-fogo mediado pela ONU, os interesses econômicos passaram ao primeiro plano. “A zona mais rica do Saara, a região costeira, está ocupada pelo Marrocos. A parte liberada é muito desértica”, explica Zahra Ramdán Ahmed, presidenta da Associação de Mulheres Saarauis na Espanha.

O Saara Ocidental, banhado pelo oceano Atlântico, possui uma das zonas de pesca mais ricas do planeta. São mais de 150 km² habitados por cerca de 200 espécies de peixes, 60 de moluscos e várias de cefalópodes e crustáceos.

Em fevereiro, a União Europeia (UE) e o Marrocos renovaram por mais um ano um acordo pesqueiro, vigente desde 2007, que garante à frota europeia 119 licenças de pesca – a maioria delas, na costa saaraui. Cem delas são somente para os pesqueiros espanhóis.

Desde que saiu do território saaraui e o entregou ao Marrocos, a Espanha, independentemente de quem esteja no governo, alinha-se ao Marrocos na questão do Saara Ocidental. “Na verdade, os espanhóis estão divididos. De um lado, um governo que sempre privilegia suas relações com o Marrocos, temendo que o país norte-africano tire deles Ceuta e Melilla [enclaves em solo marroquino]. E o povo espanhol se alinhou de uma forma majoritária com os saarauis”, conta Abdelkader Taleb Aomar, primeiro-ministro da República Árabe Saaraui Democrática (Rasd), o governo saaraui no exílio.



Fosfato

O território ocupado, além disso, é muito rico em fosfato, componente fundamental na fabricação de fertilizantes. Juntos, o Marrocos e o Saara Ocidental possuem 32% das reservas mundiais do minério. Responsável por aproximadamente 30% do mercado, a monarquia marroquina é o maior exportador de fosfato, fornecendo-o, principalmente, para Estados Unidos, Brasil, Espanha e França.

“O fosfato, hoje [fevereiro], está custando mais de 400 dólares por tonelada. O preço vem aumentando por causa do crescimento dos cultivos para biocombustíveis. Então, vende-se muito fosfato para esse cultivo no Brasil, na Malásia... e sabemos que grande parte desse fosfato é nossa. E há empresas desses países que compram fosfato do Marrocos”, esclarece Bucharaya.

Em março, o Wikileaks revelou o conteúdo de um telegrama da embaixada dos EUA no Marrocos que dizia que, durante uma visita ao país, em 2007, o presidente francês Nicolas Sarkozy firmou acordos de 3 bilhões de euros com a Companhia Nacional de Fosfatos Marroquina (OCP), a estatal do setor. Segundo a diplomacia estadunidense, em troca, a França deveria reforçar o seu apoio à monarquia no caso do Saara Ocidental.

Um dos cinco membros permanentes do Conselho de Segurança da ONU, o país europeu regularmente exerce seu poder de veto para barrar qualquer resolução que contrarie o Marrocos.

Uma delas diz respeito à Missão das Nações Unidas para o Referendo no Saara Ocidental (Minurso), instalada no território ocupado em 1991 com o objetivo de organizar uma consulta sobre a independência do Saara Ocidental – um dos pontos previstos no acordo de cessar-fogo. Principalmente devido a obstáculos impostos pelo Marrocos – que insiste que os colonos marroquinos instalados no Saara Ocidental também votem – o referendo ainda não foi realizado. Para piorar, a Minurso não possui a competência de observar a garantia dos direitos humanos, que, segundo os saarauis e organizações internacionais como a Anistia Internacional, são constantemente violados pela monarquia. No Conselho de Segurança da ONU, o assunto recebe a oposição ferrenha da França.

“As Nações Unidas não fazem o referendo, não controlam os direitos humanos... Está no território ocupado há 20 anos e não vêm cumprindo sua missão. O referendo não acontece, os direitos humanos são violados constantemente e os recursos naturais são espoliados regularmente. Então, a ONU está se convertendo em um instrumento para legitimar a ocupação. É difícil que os saarauis continuem aceitando essa situação. Portanto, há um risco grandíssimo de um retorno às hostilidades”, alerta Bucharaya.



Imigração e terrorismo

Outras questões, como imigração, terrorismo e narcotráfico também são usados como pretextos para o apoio ocidental ao Marrocos. O reino marroquino é considerado um dos aliados estratégicos das grandes potências no combate a células da Al Qaeda no Magreb.

Além disso, o país, separado da Europa apenas pelo estreito de Gibraltar, cumpre um importante papel – sob o ponto de vista europeu – de contenção dos fluxos imigratórios de africanos para o Velho Mundo. Há cinco anos, a União Europeia concedeu 67 milhões de euros ao Marrocos, a serem aplicados em políticas anti-imigração.

“O argumento do Conselho de Segurança da ONU para não pressionar o Marrocos o suficiente é de que ele é um país estratégico para a segurança europeia, que não pode ser desestabilizado. Ou seja, como a monarquia pôs todo seu peso e energia na questão do Saara, se tirarem o Saara dela, se desestabilizaria”, explica o primeiro-ministro.

Bucharaya Beyun, no entanto, diz não compreender os motivos de as potências ocidentais, após a Guerra Fria, ainda apoiarem incondicionalmente os interesses marroquinos. “Em primeiro lugar, o Marrocos não é uma potência econômica. Já na Argélia há grandes reservas de petróleo e gás. Em segundo lugar, a Argélia, hoje, é um país pró-ocidente. É o país que mais faz esforço para combater o terrorismo na região. Portanto, só podem ser interesses pessoais ou partidários, mais do que de Estado”, opina.



Interesses brasileiros

Desde 1984, a Rasd é membro da União Africana, que a reconhece como o legítimo Estado do povo saaraui. No ano seguinte, em protesto contra tal decisão, o Marrocos deixou a organização. Além disso, ela é reconhecida, hoje, por 82 países, entre eles, África do Sul, México, Venezuela, Cuba e Irã. O Brasil é um dos poucos países latino-americanos que não estão na lista. “Dizem que, para se reconhecer um Estado, é preciso o cumprimento de três requisitos: um governo, um povo e um território. Nós temos os três”, diz o primeiro-ministro.

“Tínhamos muita esperança quando o presidente Lula subiu ao poder. Acreditávamos que seria o momento em que o Brasil iria reconhecer a Rasd, sobretudo porque a Frente Polisario tinha muitas relações com o PT. Infelizmente, parece que privilegiaram os interesses econômicos com o Marrocos”, lamenta Zahra.

Dos 532,4 milhões de dólares que o Brasil importou do país norte-africano em 2007, 451,7 milhões foram de fertilizantes. Há alguns anos, a Bunge, transnacional cuja divisão de fertilizantes é sediada em território brasileiro e que tem, como atual presidente, o ex-ministro da Casa Civil de Fernando Henrique Cardoso, Pedro Parente, possui uma joint-venture com a empresa estatal de fosfato marroquina, a OCP, para a produção de fertilizantes.


Fonte: wwww.brasildefato.com.br